El design thinking es la metodología que se utiliza en el diseño para escuchar a los usuarios, empatizar y crear desde ese conocimiento.
Pero si esto en sí mismo no te parece suficiente ventaja, veamos otras:
— Involucra a las personas clave.
— Ayuda a generar consistencia.
— Propone trabajar de otra forma.
— Alinea todos los elementos que prestan servicio de la empresa.
— Crea una narrativa potente y entendible por todos.
— Permite no limitarnos con falsas soluciones preconcebidas.
— Ayuda a tangibilizar y prototipar lo intangible.
Y todo esto es posible porque el design thinking:
— Es antropocéntrico: se centra en el ser humano y en crear desde la empatía.
— Es colaborativo: parte de que varias mentas son más eficientes que una.
— Es disruptivo: explora nuevas soluciones y es la manera de llegar a la innovación.
— Es optimista: no se deja condicionar por limitaciones.
— Fomenta la co-creación: y además, es trasversal y cuanto más diverso sea el equipo, mejor será la solución.
— Es experimental: te da permiso para fracasar y aprender de los errores.